sábado, 17 de octubre de 2015

MILADY


Parecían olvidadas en mi memoria  adulta y no era así.

La noticia me regreso a unos ochenta, rodeada de Anillos de Oro que jamás me regalaron.

A una España que por mi edad iba bien, pasando por divorcios que más tarde marcarían tanto lo que hoy soy. Y no precisamente por mí que nunca me casé.

Más tarde una Segunda Enseñanza,  madre soltera en la vida que aun no formaba  parte de mis planes. Acabo de recordar porque llevo mi reloj en la mano derecha.

Ya por el mes de agosto me paso. Se removieron mis recuerdos y a mi boca comenzaron a venir diálogos inmensos de un humor que en mi adolescencia solo me gustaban a mí.

Recuerdo tardes de toros engañando a mi abuela, para una y mil veces ver a  Lina Morgan, reír con sus muecas y enredos de piernas.

Mi vida era tan fácil cuando solo las admiraba. Nunca quise ser “la tonta del bote” pero si la abogada “Lola” que al final de trece capítulos de amor, desamor, homosexualidad, infidelidades, nacimientos, muerte se quedaba con el guapo, joven y abogado Ramón.

Siento como de pronto una gran etapa de mi vida ha muerto con ellas.

Escribiste mucho tiempo atrás tu muerte,quizás sentada. 
Y así es como te has ido sentada, trabajando y  entre letras.


Me despido diciendo Querida Milady: Me gustaría entablar una conversación con usted  que no acabara nunca…

No hay comentarios:

Publicar un comentario