Parecían olvidadas en mi
memoria adulta y no era así.
La noticia me regreso a unos
ochenta, rodeada de Anillos de Oro que jamás me regalaron.
A una España que por mi edad iba
bien, pasando por divorcios que más tarde marcarían tanto lo que hoy soy. Y no
precisamente por mí que nunca me casé.
Más tarde una Segunda
Enseñanza, madre soltera en la vida que
aun no formaba parte de mis planes.
Acabo de recordar porque llevo mi reloj en la mano derecha.
Ya por el mes de agosto me paso.
Se removieron mis recuerdos y a mi boca comenzaron a venir diálogos inmensos de
un humor que en mi adolescencia solo me gustaban a mí.
Recuerdo tardes de toros
engañando a mi abuela, para una y mil veces ver a Lina Morgan, reír con sus muecas y enredos de
piernas.
Mi vida era tan fácil cuando solo
las admiraba. Nunca quise ser “la tonta del bote” pero si la abogada “Lola” que
al final de trece capítulos de amor, desamor, homosexualidad, infidelidades, nacimientos,
muerte se quedaba con el guapo, joven y abogado Ramón.
Siento como de pronto una gran
etapa de mi vida ha muerto con ellas.
Escribiste mucho tiempo atrás tu
muerte,quizás sentada.
Y así es como te has ido sentada, trabajando y entre letras.
Me despido diciendo Querida
Milady: Me gustaría entablar una conversación con usted que no acabara nunca…
No hay comentarios:
Publicar un comentario