Llegaste tú y el sol del cielo me sobra.
Y así como la
luna camina despacio pero atraviesa el mundo, no todo lo correcto es justo.
No
volví a escribir como lo hacía, sentí vergüenza al pensar que me leíste, me
sentiste, te reflejaste en todas y cada una de mis palabras.
Tu gran ausencia
se alojo en mi alma.
Aún te nombro en cada uno de los renglones que son mis
días.
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