sábado, 6 de abril de 2013

EL AMANTE

Durante años se había engañado así misma fingiendo que no le hacía falta nadie con quien compartir un café, una película o hablar del libro que tenía en la mesilla de noche.
Y así surgiste tú.
Tu no obligación hace que yo tampoco la sienta. ¿Cómo fue? Así de fácil.
Ese fue el último mensaje que recibió. De alguien que no tenía, no tendría, ni nunca tuvo.
Solo compartían el poco tiempo que les sobraba, creyendo que con eso bastaría para una relación tan intensa, basada en la palabra hoy tan deteriorada.
Dos personas nunca amaron tanto como se puede amar a una imagen, una vida compartida pero distante, una biografía abierta al público donde solo los “me gusta” de tus amigos abarrotan tu muro y lo celaba sin querer compartirlo.
A través de un amigo común en el face se conocieron y comenzó a sentir que le pertenecía.
Todo lo que él subía pensaba que era para ella, de su autor preferido sus poesías se las hizo suyas, las canciones cantaban su historia…Y así fue como aquella amistad se fue convirtiendo en una pasión. Todos los días esperando aquel mensaje mañanero, en el desayuno y el de la noche para velar su sueño.
Pasaron a chatear a diario compartiendo miles de ilusiones que con otras personas jamás sintieron. Fueron amigos, novios, amantes, esposos…se pelearon, se reconciliaron, hasta lograron bloquearse, borrarse, pero cada mañana al despertar les faltaba algo.
Así que sus solicitudes de amistad eran las mejores reconciliaciones de aquella no relación.
Llego a olvidarse de ella misma solo pensaba en sus dedos, que al llegar la noche tenían que declararle su amor y como una ardiente amante hacer que sintiera que al describirle un beso lo recibiera, que sintiera sus manos abrazar todo su cuerpo y así hasta que el sueño los venciera y vuelta a empezar.
Mira su perfil y le parece imposible que le amara tanto. Le necesitaba tanto.
Pero como todo, todo lo que empieza tiene un final.
Un virus se coló en sus vidas bloqueando tanto amor, la vida real se les presento de golpe una mañana en forma de mensaje.
Y se dio cuenta que lo había inventado, había creado un ”mejor amigo” imaginario pues un amor así, solo podía ser producto de su imaginación.
Ahora ni lo busca, ni lo agrega, ni chatean, ni le pone comentarios, ni pone me gusta, ni lo promociona, ni lo etiqueta…eso si, si te encontrara yo, seguro que no te comparto.


(Relato presentado al concurso:El Dios Tecnología)

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